Relaciones Interespecíficas (entrada de Alberto Hernández Escobar)

Relaciones Interespecíficas

Los seres vivos que conviven en un ecosistema desarrollan diferentes tipos de relaciones. Cuando los participantes de cierto vínculo son organismos que pertenecen a distintas especies se habla de relaciones interespecíficas.

Clasificación:

  • Competencia: Disputa entre especies que aspiran a un mismo objetivo o a la superioridad en algo. La relación de competencia entre especies perjudica a todas las partes involucradas, en mayor o menor medida, ya que acaba por limitar el acceso a todas ellas a dichos recursos.
    Como lo es en el caso de los nopales y los mezquites. Cuando ambos crecen juntos, éstos compiten de manera en que el más grande, impedirá que la especie de menor tamaño pueda hacer fotosíntesis, pues la cubrirá de la luz solar.

  •  Mutualismo: Asociación de dos o más organismos de especies diferentes que supone beneficio para ambos.  Hay dos tipos de mutualismo, el obligado (simbiosis) y el facultativo.
    Como ejemplo de ésta, el pájaro de la miel y el tejón melífero, que poseen una relación en la que ambos obtienen un beneficio, ya que el pájaro llama y da indicaciones al tejón para localizar un panal de abejas, para que lo destruya y se alimente de la miel que hay dentro de él, mientras que el ave, lo hará de las abejas que gastaron su aguijón en la lucha con el tejón, así como de las larvas que se encuentren adentro.

  • Comensalismo: Asociación entre dos especies diferentes en la cual, una de ellas se beneficiará sin perjudicar a la otra.
    Un claro ejemplo de dicha relación es la que existe entre el carpintero de Gila (Melanerpes uropygialis) y el Saguaro (Carnegiea gigantea). El carpintero de Gila excava un hueco en la carne del saguaro. El Saguaro tiene la capacidad de formar una cicatriz alrededor del hueco y parece no verse afectado por la actividad del carpintero de Gila. El carpintero de Gila usa la cavidad como lugar para anidar.


       
Brúquidos
  • Amensalismo: Es la interacción que se produce cuando un organismo se ve perjudicado en la relación, mientras que el otro no experimenta alteración alguna.
    En el matorral xerófilo, esta relación es casi nula, puesto que no hay una sobrepoblación en dicho ecosistema, gracias a la adaptación que poseen algunas cactáceas de almacenar agua para sobrevivir todo el año.
    También se debe a que la germinación del ecosistema no puede darse de manera excesiva, ya que una especie de insectos conocida como brúquidos, se alimentan de las semillas que produce la flora del matorral. Sin embargo, dichas semillas le sirven como cuna o bien, como un espacio seguro para el desarrollo de las larvas de estos insectos.










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